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martes, 20 de septiembre de 2011

En la sala de espera.

Estaba yo hoy en la sala de espera de un radiólogo cuando han llegado una madre y su hija. Tenian buen aspecto y han saludado educadamente. Entonces a voz en grito , pues la madre era un poco dura de oido , han empezado a poner a caldo a una tal Mari. Como una pelota de ping pong,  Mari iba y venía desde tacaña, gorda, ojerosa, rara y demas barbaridades. Mientras,  yo pensaba que seguramente la susodicha Mari , debía estar tranquilamente en sus quehaceres totalmente ajena a estos improperios, por suerte para ella, y que al día deben haber cientos de conversaciones como esta. Y es que la raza humana en parte vive de esto. De esto y de lo otro, enfin que criticar es como un deporte nacional y algunos tienen el musculo muy desarollado.