VOLVER A CASA

Ayer volví de un largo viaje. Viajar es como ir al cine y ser el protagonista de una película. Uno cambia de papel  y es como si interpretara la vida de otro. Trajín de aeropuertos, caras nuevas, tantas y tantas caras que uno nunca volverá a ver...viajeros sin pausa, riadas de gente, situaciones insólitas. Por fin uno llega a su destino. Sorpresa. Todo es nuevo. Lugar, paisaje , casa, Entonces uno se mete en la vida de otro. Irrumpe en sus costumbres, rutinas, hogar, su cocina, su salón e  interpretamos el papel de invitado. Y si como yo, tenemos la suerte de tener unos magníficos anfitriones, la película , en este caso de aventuras,tiene un final feliz. De allí me traigo las palmeras, la luz, la hierba sobre el desierto, el buen humor, los enormes coches, la vegetación, los pomelos en el arbol, el canto de los pájaros matineros y el sol saliendo de las montañas. Poco a poco voy aterrizando y me reencuentro con los míos, con las calles de mi ciudad, los ruidos de mi casa, las voces y entonces me invade una dulce sensación cálida de vuelta a algo antiguo y muy querido.