Algo fantastico me ocurrio ayer, siguiendo con el hilo del tiempo de mi post anterior. Tenia hora a las 5 en el dentista y llegue media hora antes. Como era tan pronto volvi a casa a dejar unos paquetes. Al salir del dentista vi que tenía toda la tarde por delante para hacer aquello típicos recados para los que nunca tengo tiempo. Asi que me fuí de una punta a la otra con la bici y me dio tiempo de tachar de mi lista todo lo pendiente y atrasado. Que contenta y a gusto estaba! Volvi a casa todavía con las gafas de sol puestas sorprendida porque la portería ya estaba cerrada. Entonces me di cuenta ¡ de que tenía el reloj parado desde las 4,30 ! Relacioné los hechos. En el dentista no tuve que esperar nada, claro , porque llegué tarde, al salir debían ser las 7. En condiciones normales hubiera decidido que ya era tarde y no hubiera hecho ni la mitad de cosas. Somos esclavos del reloj y la hora. Pero si ni lo miramos nos sentimos mas libres y el tiempo nos cunde más . Al menos eso me paso a mi. Por eso en vacaciones ni me pongo el reloj me guío por el sol y a partir de ahora alguna tarde que otra, pienso dejarlo en casa. NO AL RELOJ.
