Una amiga me ha pedido que escriba un post como colofón del verano que esta próximo a concluir en el calendario estacional. Para muchos el verano representa tiempo de relax y cambio de rutinas. Es el momento en el que se hacen cosas que se han soñado durante el invierno , salen planes improvisados que hacen que las vacaciones sean especiales. Sin embargo hay cosas que no se pueden cambiar como es entre otras que el verano termine. Se escuchan voces que con añoranza evocan el calor (que al menos hace en mi país), las veladas a la fresca, la lluvia de estrellas de San Lorenzo, los paseos bajo la luna llena, los baños de mar , esa sensación de libertad que nos da el calor porque invita a salir y pasear sin mirar el reloj. Pero todo tiene su timing adecuado. No se puede nadar siempre contra corriente , elegir dónde estar siempre comporta un riesgo. Si vives en un país frío , pierdes el calor de otro. Si eliges un camino , debes pensar que es el mejor. Por eso lo inteligente es dejarse mecer con las corrientes y fluir a favor de ellas para no hacer como los salmones que de tanta lucha en contra del río acaban muriendo de agotamiento.
