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lunes, 19 de marzo de 2012

MANTECA DE CACAO

Desde siempre he tenido predilección/obsesión por la manteca de cacao. No puedo resistir tener los labios cortados ni resecos por el frío o el sol. Las tengo por todos los bolsos y bolsillos de mis chaquetas. Si mis hijos se van de viaje lo primero que les pregunto es si han cogido la manteca de cacao. Manias que tiene una.
Hace unos años estuve en la comisión de urbanismo del polígono donde tenemos las naves industriales de nuestra empresa. Las reuniones de control solían ser en las oficinas del Ayuntamiento. Llegó un momento que había que decidir un tema de extracción de tierras y decidimos ir a ver in situ el trabajo de las excavaciones. Quedamos una mañana fría y lluviosa a primerísima hora. En el polígono había mucho movimiento con muchos trabajadores y camiones. Yo era la única mujer de los alrededores. Hacía un frío de esos que corta la respiración. Nos metimos por el terreno enfangado a esperar al encargado de la obra. Llega una furgoneta blanca. Yo esperaba que bajase el típico Señor mayor con cara de experto y aburrido. Sorprendentemente baja un chico GUAPO como he visto pocos. ¿Este es el ingeniero encargado de la obra? Pensé yo. No me lo puedo creer... Cogió unos planos , se presentó y empezó a explicar el trabajo que iban a realizar. Llevaba una buena pelliza forrada de cordero. Yo le escuchaba porque además se explicaba muy bien. De repente introdujo su mano en el bolsillo superior de su chaqueta. Oh, qué lástima, va a sacer un cigarrillo, se me esfumó todo el encanto, en un segundo imaginé al típico fumador vicioso y humeado oliendo a tabaco, personaje que siempre he detestado, pero amigos, de la chaqueta sacó........
¡¡¡ UNA MANTECA DE CACAO!!!! No doy crédito a lo que ven mis ojos!! Casí exploto de risa. ¡Todavía hay hombres que pueden sorprenderme! Obviamente nunca más le he vuelto a ver pero me alegró el día y me marché contenta. Aquello había compensado todas las aburridas reuniones que habíamos tenido durante meses. A veces pienso en ese chico que ahora ya debe ser padre de familia y les debe poner a sus hijos en los bolsillos mantecas de cacao...