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domingo, 7 de julio de 2013

EL RIO EBRO

He estado unos días en el Delta del Ebro. Quedo muy impresionada con su enorme caudal y poderío de sus aguas. Hay una explicación que me ha dado que pensar. A veces el río baja con fuerza hacia la desembocadura, arrastrando muchos sedimentos hacia el mar. Pero la fuerza del mar es mayor y no deja que el río los empuje. Entonces se forman islas o marismas e incluso el río podría llegar a desbordar. Para que esto no pase, interviene la mano del hombre que cierra ciertas desembocaduras y fuerza al río a llegar al mar. Lo mismo pasa con nuestras vidas. Hay veces que las situaciones externas nos empujan y se imponen. Luchar contra ellas es durísimo,  cansino e inútil.  No todo esta en nuestra mano ni depende de nosotros. Asi pues dejemos que nuestra vida fluya y si hay algo que no es de nuestro agrado debemos intentar darle la vuelta para nadar a favor de la corriente, estar contentos y alegrar la vida a los que nos rodean, que al fin y al cabo es de lo que se trata.