Friedman se apunto en el grupo de teatro del instituto porque su madre le convenció de que allí haría muchos amigos y vencería su timidez. La primera obra que se le ocurrió al director fue Cleopatra. Allí conoció a Josephine que hacía el papel principal y decía textualmente: " Me baño en leche de burra cuatro veces por semana porque los demás me quedo en la cama" . Friedman alucinó por la ridícula frase sin embargó pensó que ella la decía con tal encanto y le hizo tanta gracia que ya desde ese día empezó a soñar con ella. La veía de noche y de día en su imaginación. Le hablaba, le contaba sus secretos y le decía cuánto la quería. Un día se la encontró en el supermercado y sin pensárselo dos veces, como si recibiera una iluminación divina, le soltó ante su mirada atónita todo lo que llevaba pensando tanto tiempo. Allí , en medio del pasillo de las galletas y desayunos Josephine recibió la declaración de amor más insólita de su vida. Se casaron una fría mañana de Enero. Friedman la adoraba. La cuidaba y consentía. Ella se dejaba querer sin saber exactamente porqué se había casado con aquel chico de ojos azules hasta que este amor sin sentido dejó de ser y ella se lió con el profesor americano del primer piso.Hombre maduro, figura paternal, el padre que ella nunca había tenido. Friedman creyó enloquecer. La seguía, la espiaba, se mordía las uñas, se arañaba la cara y arrancaba las pestañas. Desesperado se acordó de que en una obra de teatro el protagonista se bebía una botella de lejía para quitarse de en medio. Así que metió una en el congelador para notar menos el sabor y decidió bebersela entera. Sin dejar ni una gota.
FIN
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