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jueves, 16 de febrero de 2012

A TODO SE ACOSTUMBRA UNO.

Me impresiona lo rápido que nos acostumbramos a los cambios. Cosas que hace un año nos parecían impensables, nos parecen normales ahora. O más bien , las escuchamos resignados. Las malas noticias económicas que nos presentan cada día los informativos, donde nos hablan y hablan de lo mismo con tanta insistencia han hecho que nos pongamos un impermeable coraza y las escuchemos con cierta indiferencia. Es como cuándo cambiamos los muebles en casa de sitio. De repente le damos la vuelta al sofá , giramos la mesa del comedor, pintamos las paredes de otro color y le damos un revolcón a la decoración. Al principio nos parece distinto y novedoso, luego nos acostumbramos y nos parece como de toda la vida. Así pasa con las personas. Te acostumbras a situaciones difíciles o dolorosas , te acostubras a que la familia se vaya dispersando geográficamente, a que falten algunos seres queridos, porque al final lo que cuenta es el presente. Si vivimos el presente,conseguimos ser nosotors mismos. Como colofón dejaré una frase que me parece muy acertada:" Si te llega la prosperidad, no te regocijes y si el abatimiento cayese sobre ti, no te aflijas, porque ambos pasarán y dejarán de ser.