La conocí cuando ambas teníamos 15 años en un internado de verano para aprender francés. No hicieron falta muchos esfuerzos para que la chispa de la amistad saltara sola. Las guerras de almohadas y las noches en vela esperando la salida del sol contando historias hicieron que la semilla fructificara y tras varios años de idas y venidas, de matrimonios, de hijos y de vida, henos aquí en un verde vergel de intercambio y relación. Hoy nos ha invitado a otra amiga y a mi a una comida de lo más deliciosa en su casa modernista cuyos balcones , techos , patios , dinteles de puertas y formas son argumento de tan peculiar arquitectura . Buen mantel, buena luz ,excelente conversación. Nos une la pasión por la lectura y escritura . Ella, escritora de profesión próxima a editar su segundo libro nos adelanta unas pinceladas del argumento de su siguiente novela que nos parece apasionante porque tiene mucho que ver con el lugar en el que vive. Nos despedimos como siempre con la complicidad del futuro y al salir debo concentrarme para saber donde estoy, tal es la cola de extranjeros de diferentes rasgos y nacionalidades que bien podría estar en Asia o Rusia , pero contenta verifico que estoy en mi ciudad natal , en mi queridísima Barcelona !
