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martes, 9 de diciembre de 2014

RELATO. Num.3 CONTINUANDO CON MONTSE

Aquella noche Montse no pegó ojo. Su cerebro y su cuerpo eran como vasos comunicantes y los nervios se tradujeron en fiebre y gastroenteritis. Así estuvo tres días hasta que se dijo a si misma -¡ Basta! Me va a dar algo. Voy a volver a ese centro  a buscar a Pedro - Así fue como empezó su transformación. Fue a la peluquería. Se compró ropa y por una vez se dio cuenta de que su vertiente femenina todavía existía. El día señalado se dirigió al centro. Llegó y entró sin dilación. Allí estaba el profesor - Claro que me acuerdo de ti, Montse ¿ como estas? - Ella de reojo miraba la puerta entre abierta de la clase. Y vio a Pedro. Estaba hablando con los demás. Pedro la vio a ella y salió. Se acercó mirándola a los ojos y ¡zas! Le arreo un buen tortazo mientras gritaba - ¡ Te llamé, te llamé mil veces y tu abuela siempre me decía que no estabas o no podías ponerte !
Montse entonces tuvo unos flashes de su adolescencia - Abuela ¿Quien era? 
-Un pesado que se equivoca siempre - luego dejaron de llamar. Ella pensó simplemente que "el pesado" se había cansado de molestar ¿Porqué le había hecho esto la buena mujer ? ¿Para protegerla? Que equivocada y poco acertada estuvo, iba pensando Montse mientras tenía la mano puesta en la cara por el escozor y miraba a Pedro sin verlo.
- Pedro ¿ de verdad me llamabas? Que mal. Mi abuela. No lo entiendo - iba diciendo Montse confundida.
- También te escribí ¿No leíste mis cartas? - Pedro aturdido iba enumerando todo lo que había hecho para contactar con ella.
- Mi abuela no me las dio ella tenía la llave del buzón - y no solo del buzón pensaba Montse, sino la de mi vida entera. Ahora ya no podía preguntarle. Ahora solo ella manejaba su barca.