Tal día como hoy de 1.985 Barcelona amaneció nevada. La tarde anterior me había cogido un ataque de actividad de esos que solo nos dan a las mujeres de repente y me la había pasado haciendo trufas de chocolate. Yo no soy nada cocinitas pero una amiga me había convencido para hacer un curso y nos habían enseñado entre otras muchas cosas a hacer trufas, por las que tengo verdadera debilidad. Así que yo rebozando bolitas con cacao mientras afuera hacía un frío tremendo para lo que es nuestra ciudad. Por la noche, mientras se oía el viento del norte que arreciaba con fuerza yo seguía estando activa recogiendo, ordenando y limpiando sobre limpio. Fue una noche larga que mi marido y yo pasamos en danza con mezcla de nervios y emoción. Y por fin, ya a estas horas, bajo la mirada orgullosa de su padre mía y de sus abuelos, tenía en mis brazos a nuestra maravillosa primera hija, que ajena a toda tormenta dormía placidamente como recompensa al enorme esfuerzo que representa venir a este mundo. Afuera caían grandes copos de nieve. Barcelona amaneció nevada y con una pequeña ciudadana más. Para ella dedicada mi gran felicitación de cumpleaños !
