Hoy es el día de los Reyes Magos de Oriente. La fiesta con más carisma de la Navidad en nuestra casa, la que pone el broche de oro. Cuando yo era pequeña cada uno dejábamos un zapato en el salón donde esperábamos encontrar los regalos pedidos . Después en un plato poníamos galletas , tres vasitos de vino para sus Majestades y un barreño con agua para los camellos. Entonces dejábamos la ventana abierta para que pudieran subir sin dificultad . Ya días antes la expectación era máxima. Después los Magos, que para eso eran mágicos, entraban por las ventanas de cada casa a dejar los presentes según lo pedido en las cartas que habían recibido de miles de niños. A la mañana siguiente el milagro sucedía. Entrabamos en el salón y allí estaban los regalos...en el plato solo quedaban migas de galleta y en los vasos el poso del vino. Incluso a veces una carta de agradecimiento de los Reyes con algún comentario sobre el comportamiento escolar anual frente al que uno prometía superarse el año siguiente. Hoy comeremos en casa de mis padres donde mi madre , así como hacía mi abuela y la madre de esta, habrá organizado y vestido la mesa de luces y con gran esmero. Me encantan las tradiciones y pasarlas a mis hijos con entusiasmo. Esta es una fiesta Española que parece haberse salvado de la globalización. ¡Que VIVAN LOS REYES !
