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domingo, 10 de enero de 2016

NECESIDAD IMPERIOSA

Desde donde yo vivo, Barcelona centro, no se ve el mar. Pero por suerte bajar al puerto y alrededores es tarea fácil. Ayer había pasado un estupendo día campestre pero de repente sentí la necesidad imperiosa de ver el mar, de oírlo, de olerlo y empaparme de el. 
Mi marido iba conduciendo  cuando le dije : " Vamos a ver el mar". Debí decirlo en un tono muy necesitado porque desvió la ruta hacia el puerto sin dudarlo. A medida que nos íbamos acercando la luz iba tornándose  mas clara. Es otra Barcelona diferente :  turistas paseando, gente en bicicleta, niños y no tan niños en patines o patinete, otros con la tabla de surf y por fin, el mar. Que voy a deciros del mar. Extendiendo su manto azul delante de nosotros me invitó a inspirar hondo. Clavé la mirada para que me entrase su electrizante color directamente desde la retina al cerebro. Me lo quería llevar grabado. Ahora aún lo conservo, noto que corren sus olas por mis venas y su color me acaricia y envuelve la piel. Hoy me vestiré de azul. Tomaré su vitamina reconstituyente y como Serrat iré por la calle cantando " y que le voy a hacer si yo nací en el Mediterráneo"