GRANDES TAPICES

Como sea que me gusta mucho coser y bordar en mis horas libres, me imagino que mi vida es un tapiz inmenso. Unas veces lo empiezo por una esquina, otras por el centro , otras por un lateral. Pero cada día coso un poquito con distintos hilos y de muchos colores. Cuando el hilo se acaba, remato y vuelvo a empezar. Si un hilo se me pierde, lo busco porque al final, el resultado dependerá del todo y cada puntada es importante. Debo seguir un patrón y cierto orden para que me vaya quedando en consonancia una parte con la otra. Cada vez que termino una trozo , me gusta contemplarlo y admirarlo por el trabajo que me ha dado. Hay trozos que me quedan mejor que otros, algunos son preciosos. A veces debo pedir ayuda porque sola no puedo. Se puede tejer a dos, a cuatro o a más manos. A menudo somos un montón cosiendo. A veces contemplo el tapiz de otros para sacar ideas. Algunos son muy bonitos. Hay días que estoy cansada y no me apetece nada coser, entonces lo contemplo y recuerdo que hace mucho tiempo que lo empecé y me doy cuenta de que nunca lo podré acabar, pero entonces confío en que mis hijos lo continúen, tal como yo hice con el de mi abuela y mi madre, que aunque ya algo cansada, ayuda todavía con sus expertas manos. En general me gusta , si me gusta bastante y hasta mucho como me va quedando y esto me anima para continuar...