Ayer salí a cenar con unas amigas para contarnos el veranito. No nos habíamos visto desde hacia tiempo y como colegialas teníamos unas ganas enormes. ¿ Quien empieza, quien empieza? La pregunta siempre es la misma...y aunque todas hablamos a la vez intentamos guardar un orden. Pues bien, una explica que el 25 de Agosto su marido resbala con un bordillo, cae y se rompe el hombro. Le operan ,están en el hospital una semana y al volver a casa, baja del coche , tropieza , se cae y se le aflojan los clavos del hombro. Que horror! Comentamos todas. Otra semana en el hospital, otra operación. Vuelven a casa, se cae en el cuarto de baño y ante el estupor de todas, le vuelven a operar . Esta vez le ponen un clavo enorme. Pobre marido! A esta amiga se le acabo el verano el 25 de Agosto. Llega otra ( que su hija se casa el próximo Sábado) y cuenta que hace 15 días la niña va y tiene un accidente con su novio en moto. Nooooooo chillamos todas. Pues si . El novio se rompe cuatro dedos del pié y el empeine . Ella la tibia y el peroné . Auuuuuu gritamos. Los operan a los dos y después del susto inicial aún piensan que han tenido suerte de salir con vida y van a ir con muletas a su propia boda. Será una boda muy movida y yo desde luego pienso aplaudir con ganas cuando entren en la Iglesia. Acabamos la cena muertas de risa diciendo que no se puede tener más mala pata y me voy a dormir pensando que ha sido mejor que una buena obra de teatro.
