Ocurre que una va tranquilamente por la vida cuando de repente una pieza del puzzle no encaja. Stop. Saltan las alarmas. Toca pensar. Lo que hasta ahora iba solo, rodado, se ha atascado. Soy de las que cree que el alma tiene su propio idioma y no hay dos que hablen el mismo. Si. El idioma del alma va a parte del de las palabras y es el que les da diferentes sentidos según el humor y el día que se tenga. A la vez es maravilloso porque tiene sabor, olor y hasta color. Cuando alguien dice azul, según el día que tenga verá un azul intenso, un azul cielo ,uno verdoso o amarronado si está metido en un marrón considerable. Cada uno interpretara lo que en ese momento se imagina. Entonces empieza la fiesta. Puede haber hasta choque de trenes. Hay veces que no estamos receptivos. Las palabras nos entran como dardos que no necesitamos y se produce el desborde. Es el momento en que hay que bajarse del tren.Toca reparar, sanar , aprender y respirar hondo. La amistad es como un enorme puzzle interminable. Se pasan muchas horas juntos montandolo. Si una pieza no encaja: paciencia, cariño y voluntad hasta encontrar el hueco y nunca, nunca pero nunca, dejar la pieza por colocar ni rendirse.
